Desde siempre, han
existido personas con buenas intenciones, es más, hay un dicho popular que reza
que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Considero que
Oswaldo de Rivero, es un hombre con buenas intenciones, que desencantado de la
lucha social, ha entrado en crisis ideológica y política y se cree con la
suficiencia necesaria para armonizar el capitalismo desde el mismo capitalismo,
y por eso, en un acto de atrevimiento interesante, sale a la luz un ensayo de
su autoría en el Diario UNO. En dicha publicación, este caballero “sin
caballo” pretende contestar la interrogante de una nueva izquierda y da
lecciones de economía mundial, política mundial, de ideología moderna y corrige
a Marx. Oswaldo de Rivero es todo un “señor Mijailosky”, que ha leído
mucho pero entendido nada.
Antes de aclarar
ciertos puntos que trata atrevidamente el señor Oswaldo de Rivero, debo decir
que un marxista es de izquierda obligadamente, pero que un izquierdista puede
no ser marxista; en el ancho universo de lo que se denomina izquierda, existen variadas
tendencias y posiciones que difieren del marxismo y no tendrían tampoco que ser
obligadamente marxistas.
Expresar en estos día
una predica antimperialista puede sonar romántico y bonito, la verdad es que
una postura anticapitalista, está más acorde a nuestros tiempos, es lo que, a
mi modestísimo modo de entender las cosas, corresponde a una postura marxista
en estos tiempos. Un anticapitalismo, que respete la ecología, que entienda de
ecología, que defienda la ecología, pues el capitalismo actual, con su vorágine
de consumismo y producción con energía fósil, está destruyendo el planeta como
nunca antes se ha visto, estando nuestra existencia en grave peligro. Y cuando
expreso una postura ecológica dentro del marxismo, no es como un asunto de
estrategia electoral o táctica para generar alianzas, sino que debe ser un tema
transversal que se halle hoy más que nunca vinculado a cada “tema
clásico” del marxismo.
El señor Oswaldo de Rivero, nos
alecciona sobre economía y expresa muy orgulloso su “descubrimiento de América”,
que no hay un capitalismo sino que son muchos capitalismos. Qué bonita cosa. Mi
apreciado señor Oswaldo de Rivero, no existen varios capitalismos, sino
diferentes formas de manifestación del capitalismo, dependiendo de las
particularidades en donde se desarrolla. Decir lo contrario solo causa
confusión y no contribuye en nada a esclarecer el asunto.
Que, una nueva izquierda debe
luchar por una real libertad de mercado, de veras, es innovador, al menos eso
creo. Sin embargo, sostener que la izquierda tradicional parangona el mercado
al capitalismo y que olvida que el mercado es anterior a él, es una grosería.
Hay ignorantes, que seguro dirán que el capitalismo creó el mercado, lugar de
intercambio de bienes, pero de ahí a generalizar, es una reverenda grosería. Ligar
el capitalismo al intercambio de bienes, y que sin él ya no lo habría, es un
pobre razonamiento. La existencia del mercado fue antes al capitalismo y
sobrevivirá después de él. La experiencia histórica así lo demuestra, me
refiero a lo que se denominó “socialismo real”. Sin embargo ello
no anula la planificación de la economía nacional.
Expresar que se debe abogar por una
libertad de trabajo internacional, al igual que una libertad de mercado que no
conoce restricciones, que se debe exigir la abolición de los monopolios,
oligopolios, carteles, el proteccionismo de las grandes economías a sus
agriculturas e industrias, parece una buena broma, pero hay gente que realmente
cree esto posible. El capitalismo contra el capitalismo, con medidas capitalistas,
no hay nada más estúpido que eso.
Estudiar la realidad concreta del
abismo social en el mundo, de la concentración de la mitad de la riqueza
mundial en manos del 1% de la población, es bueno, pero sugerir medidas
correctivas jugando con las reglas del capitalismo, es ilusorio y perder el
tiempo. El capitalismo no puede curarse a sí mismo. Los 30 años de neoliberalismo, llamado "falso
liberalismo" ha acrecentado la brecha social, y ha "re-concentrado"
en pocas manos toda la fortuna generada. Acaso esto no lo había señalado Marx,
parece que hay que leer a Marx más que a estos economistas “super
actualizados”.
Una tesis encubierta del señor
Oswaldo de Rivero en su publicación, es que ya no existe el proletariado. La desproletarizacion se debe a la revolución
tecnológica, que con software automatizadores de la producción y con la intervención
de robots vuelve innecesario la clase proletaria. Ordenemos las ideas, el
avance tecnológico es no solo previsto sino saludado por el marxismo, todas las
ideas de Marx, Engels y Lenin tuvieron siempre presente al avance de la ciencia
y la tecnología. Que las empresas han cambiado a ingentes personas por unas
cuantas maquinas controladas desde un ordenador, mediante un software, es
producto del avance científico y tecnológico. Pero, ello no nos da el derecho a
decir que la economía se ha desproletarizado por completo, que ella ya no es la
clase de vanguardia. Reducir el concepto de “proletariado” solo al
recinto fabril es un desconocimiento descomunal de tal concepto. Los
proletarios no son solo “manufactureros” o “manuales”,
sino de servicios e intelectuales; pues si eliminamos al proletariado, ¿Qué
clase seria la llamada a realizar el cambio social? Según el señor Oswaldo de
Rivero, sería la clase media. Este caballero “quiere jugar ajedrez con la
baraja española”.
El proletariado ha sido negado no
tres veces antes del “cantar del gallo” sino cientos de
veces desde la primera vez que fue enunciada su existencia, por aquellos “Pedros
temerosos de perder la vida”, así que no impresiona mucho, que una vez
más, el proletariado es dado de baja y sacado por la puerta trasera por un “Pedro”.
También el proletariado ha tenido sus “Judas”, que por unas monedas han
preferido traicionar a la real clase de vanguardia, llamada por la historia a
realizar la revolución y remontarnos del horizonte capitalista a otro superior.
Que la vanguardia es la clase
media, que con vocación democrática y una economía de libre mercado, es la
solución a la brecha social. Considero que aquí se confunde solución con
paliativos. Una cosa da fin a algo, lo otro, solo calma el dolor pero alarga la
agonía.
La publicación del señor Oswaldo de
Rivero, aparecido en un suplemento del Diario UNO, el 21 de junio de 2015, postula
la siguiente tesis, bien claro una vez Marx dijo, no hay que mirar la boca de alguien
que dice algo, sino mirarle las manos para saber qué hace. Este caballero
ilustre, es otro paladín del orden social burgués, defensor del capitalismo y “elemento
corrosivo” dentro de la masa que lucha por el cambio social, y no por
un “paliativo”
reformador.
Su tesis central, lo expresa en la
parte final de su ensayo, y lo pinta de cuerpo entero como uno más que pretende
ser innovador pero no pasa de ser un simple “iluso” para sí e “ilusionista”
para la masa social:
"En conclusión, una nueva izquierda debe
defender a una clase media descontenta, apoyar la democracia, respetar la
propiedad privada y orientar la economía de mercado hacia las necesidades de la
mayoría para reducir el abismo social, y ser sobre todo aliada del planeta para
hacer compatible la economía de mercado con la ecología."
Charliejohn
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