Este libro,
Cristianismo en Crisis, no solo es polémico sino muy revelador. Polémico, pues
trata sobre asuntos muy sensibles, como lo es la fe religiosa y el respeto a
los líderes religiosos que representan y difunden las doctrinas a las que se
aferra el creyente cristiano de hoy en día; además, revelador, pues Hank
Hanegraaff nos ilustra de como el evangelio predicado por el Jesús de Nazaret se
ha pervertido.
Si el “diablo” no pudo
acabar con Jesús en la cruz del calvario, lo que si es cierto, es que los
supuestos “ungidos” están destrozando la predicación de Jesús y de los apóstoles,
convirtiendo al evangelio en una suerte de “Doctrina de Superación Personal”,
abandonando los rudimentos de la fe cristiana para promocionar “las recetas”
del éxito personal y empresarial en el “nombre de Dios”.
Todo esto sucede a la
vista y paciencia de todos, y ¿Por qué no se dan cuenta los cristianos? Por la
sencilla razón que ser cristiano hoy en día es cualquier cosa menos un seguidor
de las enseñanzas de Jesús.
La Santa Biblia se ha
convertido en un libro de enseñanza esotérica sobre la superabundancia económica
y la expresión positiva para atraer lo que deseamos, y no el libro que sienta
nuestra fe en las enseñanzas que ahí se encuentran para ser dignos de quien es
nuestro creador.
Hank Hanegraaff, ha desnudado
nuestro “cristianismo de hoy en día” y nos invita a re-pensar en las sabias
enseñanzas de Jesús de Nazareth, claro, si se desea en verdad llevar el
sacrificado nombre de cristiano, muy venido a menos en estos días o quizá muy
mal entendido.
Me pregunto, ¿existen
cristianos hoy en día? Creo que ya se extinguieron, al igual que los
dinosaurios. Lo que las persecuciones romanas no pudieron hacer, lo han hecho
los mismo “cristianos”, acabando con el cristianismo; dudo que el cristianismo
pueda recuperarse después de esta severa crisis doctrinal y de principios que
padece. Espero estar equivocado.
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Estas líneas lo
escribe, quien no se cataloga “cristiano” pero si respetuoso de las enseñanzas
de Jesús, pues considera que hay que “respetar a quien defiende algo, aunque no
se esté de acuerdo con él”. Cristianos, Hic Rhodrus, Hic Salta.