Perú Libre, una organización política que en su ideario se reclama marxista, leninista y mariateguista, promovió la candidatura de Pedro Castillo Terrones, las personas que militaban en Perú Libre, hicieron campaña política, con la finalidad de ganar la Presidencia del Perú, a esta labor, se añadieron en gran aplastante mayoría, quienes estaban desencantados de los políticos de siempre, y vieron en Keiko Fujimori, a una representante de aquellos a quienes la población echaba toda suerte de culpas de sus desgracias.
Pedro Castillo, no solo gano con votos de la izquierda, sobre todo, gano con los votos de las personas desencantadas con los “políticos tradicionales”, viendo en el profesor de estirpe campesina, una posibilidad de cambio para el Perú.
A más de un año de gobierno de Pedro Castillo, solo se avizora improvisación, aprovechamiento, corrupción, en fin, actitudes trúhanes por doquier. Resulta que Pedro Castillo no era el cambio, no era el Lenin de los andes, no era el líder latinoamericano que refundaría la patria, no era el profesor honesto y trabajador, Pedro es un fraude.
El sector de la izquierda que apoya a Pedro Castillo, no lo hace por principios, por postura ideológica ni política, lo hace por conveniencia, por un puesto laboral, por solucionar su problema de empleabilidad. Pedro Castillo es insostenible, desde lo ético, lo moral, lo ideológico.
No se puede pretender acercarse a Pedro Castillo y no quedar con el hedor de su putrefacción. Pero, hay muchos, que por un puesto laboral, han dejado de lado lo ideológico, priorizando su sueldo mensual o quincenal. ¿Dónde quedo su cháchara marxista? ¿Dónde quedo sus lecturas de Mariátegui?
No se engañe nadie. Esos que respaldan a Pedro Castillo, no pueden ser marxistas, por una sencilla razón, pues ¿Qué de marxista tiene Pedro Castillo?, su programa de gobierno ¿abona al cambio social? Una respuesta sincera a aquellas interrogantes, advertirá que estamos ante una arremetida pandémica de oportunismo barato y necio, una competencia de atletismo por un mísero sueldo. Ello se disfraza con una verborrea “antiderecha”.
Esta situación, a un embrionario partido político, le causa un grave reproche social, que se vislumbrara este domingo 02 de octubre. En las urnas, se castigara al Partido Perú Libre, por no haber tenido la suficiente capacidad de proponer al país a una persona que garantice el cambio, y solo atino a colocar a un fraude y sentarlo en el sillón presidencial. Tarde reacción, fue expulsarlo de las filas partidarias, ya el hedor contamino el ambiente del Partido Perú Libre. Y esto, con el aun titubeo y nada clara línea política partidaria, vuelve cómplice de la miseria de gobierno de Pedro Castillo. Las consecuencias, son más que evidentes. El factor Pedro Castillo es una mochila estrepitosamente pesada que estorbara a los candidatos de Peru Libre.
¿Qué hacer?, pues dar batalla
interna por corregir la línea errada que esta guiando al partido. Mientras tanto,
estoicamente se debera aceptar la paliza que se recibira en las urnas este 02 de octubre.
