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martes, 29 de septiembre de 2015

Algunos Consideraciones a Tomar en Cuenta


1. Algunos dicen “aquí se reúne la iglesia de Jesucristo” “aquí es la iglesia del Dios de la profecía” “somos la iglesia de la familia”, etc; toda esta proliferación de sectas y denominaciones, acaso han hecho un buen servicio al cristianismo, solo lo han vulgarizado; y si asumimos como cierta esta tesis, entonces, debemos sostener que la proliferación y fragmentación ha vulgarizado al cristianismo de nuestros días, al punto de volverlo contrario a lo que dice ser o ajeno a su esencia.

2. El marxismo, tampoco ha permanecido inmune a este problema, y su acelerada fragmentación y la ingente proliferación de interpretaciones, no le han hecho favor alguno, no la han enriquecido, sino solo vulgarizado, peor aún, castrado, relegándolo al museo de ideas del siglo pasado. Como doctrina, como cuerpo ideario, el marxismo ha padecido y padece un derrotero de autogolpe; los golpes más contundentes han venido de sus bandos y no de aquellos que desde siempre se han declarado sus enemigos.

3. No así el nietzschismo, pues más allá del conato nazista de reclamarlo como suyo, como fundamento filosófico a su ideología, no ha sufrido la vejación de la vulgarización, y podemos decir sin exagerar que se encuentra puro en su esencia, solo un poco oculto por conveniencia del sistema. Esto no tanto por su grandeza, sino porque por doquier abunda el enanismo mental que impide remontar más allá de la mediocridad.

4. La exposición demasiado del cristianismo y marxismo, la apertura a las diferentes corrientes de interpretación, los innumerables reclamos como suyo de las diversas vertientes, hace de estas dos doctrinas, totalmente corroídas y contrarias a su esencia inicial; entonces, ya no basta el solo grito: “Volvamos a Marx”, “Regresemos a las palabras de Jesús”.

5. El cristianismo está dentro de una carrera autodestructiva de ajenidad, de extrañamiento, de divorcio entre lo que fue y lo que es, y esta tendencia, considero es irreversible, al menos eso parece, pues la cizaña ha ocultado totalmente al trigo. El marxismo, fuera de circulación de un tiempo a esta parte, no está en carrera autodestructiva, simplemente no está dentro de ninguna carrera, como doctrina ha sido simplemente abandonada. El anhelo de un mundo mejor ya no tiene entre sus doctrinas proponentes al marxismo, y la búsqueda del paraíso celestial es cualquier cosa menos cristiano.

6. Aquí, debe ser reclamado con urgencia la dialéctica, del cual en su oportunidad se habló mucho pero se comprendió nada; el concepto de negación de la negación, de superación, del estadio superior, del avance en espiral, suena a palabras llenas de romanticismo, que desprende quizá algunos suspiros, más no el compromiso de tomarlo en serio. Y aquí, si deseamos realmente hacer las cosas, las añoranzas al tiempo pasado no tiene cabida, aquí es tomarse las cosas en serio.

7. No tomemos doctrinalmente nada del cristianismo, sino solo la mística de sus años iniciales de aquellos primeros siglos y de algunos ejemplos, como los valdenses, para aprender el valor del compromiso real con lo que se cree y lo dispuesto a morir por lo que se predica.

8. En cuanto al marxismo, lo que corresponde es alzar la voz en el grito “volvamos a Marx”, pero no un simple volver, sino realmente para contemporizarlo; y aquí, se le deberá añadir la voluntad de poderío a la tesis de “toma del poder”, entre otras cosas.

9. Como se podrá comprender, postulo a enarbolar la conducta del cristianismo de los primeros siglos y sus réplicas posteriores, para desarrollar la mística necesaria para emprender la tarea histórica. A señalarnos marxistas, por asumir sus postulados, pero contemporizados y robustecidos por el nietzschismo.


29-09-2015



Charliejohn

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