Buscador

viernes, 17 de julio de 2015

La Orientación Sexual, desde la perspectiva marxista nietzscheano

Lo que fue en su momento el proyecto de ley del Congresista Bruce. Proyecto de ley que contó con el respaldo de ciertos personajes con cobertura televisiva y de presencia en las redes sociales. Y aunque, el asunto de la ley de Bruce acerca de la unión civil entre personas del mismo sexo, es cosa del pasado, el tema es de enorme actualidad.

Ya en un artículo anterior, me opuse a la sola idea de la aprobación de tal iniciativa legislativa de unir civilmente a personas del mismo sexo, y critique la postura de cierta gente de izquierda, como la de Raúl Wiener, por estar de acuerdo con ella. Exprese también en su momento que es una aberración ideológica achacar al marxismo la defensa de tal orientación, pretendiendo que debemos defender tendencias sexuales de las minorías. Aquí no repetiré lo ya dicho anteriormente.

Sin embargo, no se puede esperar nada menos de una corriente de pensamiento político que anhela abrirse paso entre tanta maraña de confusión, sino el tratar temas de la “cotidianidad” sin perder de vista los temas de la “contemporaneidad”, y por sobre todo, la visión del mundo que respalda al edificio ideológico y a la propuesta política. Porque, es ahí precisamente, en asuntos cotidianos y contemporáneos, donde se debe expresar la posición asumida, sin ambages, pues el aislamiento de lo cotidiano lo vuelve “purista e ineficaz” y el olvido de lo contemporáneo demuestra lo “castrado y fuera de la realidad” que se puede estar.

Antes de seguir, es necesario que cavilemos un poco sobre “El homosexual”, y a nuestro modo de contemplar el asunto y conceptualizarlo, sostenemos que es una persona que se haya en la encrucijada de saber quién es, la indefinición lo persigue tormentosamente y una forma de evadirlo es mediante la hipocresía y el autoengaño, aparentando lo que no es para satisfacer lo que pretende ser.


Expresado nuestro concepto de la homosexualidad y otras conductas anormales de la sexualidad, y entendiendo que tal conceptualización no contradice en nada los rudimentos del marxismo y de la postura nietzscheana, proseguimos en nuestra exposición de nuestra postura.

Algunos sostienen, por su tendencia sexual o por su rastrero deseo de contar con votos electorales, que no reconocer los derechos a las personas con diversidad sexual, nos pinta como personas anticuadas, anquilosadas en el pasado, empero, yo no sé qué moderno puede tener la sexualidad entre hombres del mismo sexo, así como también otras tendencias sexuales anormales, tales como el bestialismo, pedofilia, entre otras. Los que se dicen modernos, no son más que paladines de sus propias orientaciones sexuales, y que emplean el término de “cavernario” para esgrimir una defensa imposible de algo que no es para nada moderno ni tiene que ser aceptado mayoritariamente como normal, cuando no lo es.

Una característica de la homosexualidad es la promiscuidad que le es inherente, y si hablamos de promiscuidad, entonces no podemos dejar de recordar las críticas de Lenin al respecto, pues estar enredándose en amoríos cada vez con mayor continuidad, no deja espacio alguno para un adecuado comportamiento político.

Nosotros, como ya lo hemos declarado, no nos sentimos comprometidos con la democracia liberal burguesa, que pretende apañar conductas sexuales fuera de lo común, ni con la izquierda moderna, que al carecer de presencia electoral, quiere ganarse el cariño y la aceptación del sector homosexual peruano. No creemos en la pluralidad política ni en el pedido de votos, y por ello, nuestra posición es genuina y ajena a cualquier acomodo electoral.

El marxismo nietzscheano trata al asunto homosexual, con la misma postura que otrora asumiera el marxismo leninismo clásico, considerando como una expresión más de la descomposición moral de la sociedad burguesa y capitalista; situación que de lejos no podrá reproducirse en la sociedad superior futura de los productores libres.



Charliejohn

No hay comentarios:

Publicar un comentario